Mi implicación en el proyecto de Reporteros Jerez me llevó a realizar funciones de todo tipo y a participar en la elaboración de contenidos periodísticos de otras secciones. Uno de los recuerdos que guardo con mayor cariño fue mi colaboración en el reportaje de investigación sobre el 'caso Holgado', en el que participé empujado por mi compañero Wayne Jamison.
Durante años, Wayne había seguido el caso muy de cerca, pero en la primavera de 2013 logró sentar en una misma mesa y sacar en un mismo plano a Antonia Castro, madre del fallecido, y a Domingo Gómez, uno de los acusados del asesinato. Ambos recordaron lo sucedido, desvelaron datos ocultos e incluso aportaron nuevas declaraciones sobre un caso que continúa sin resolución.
En esta ocasión, Wayne llevó el peso de la redacción y a mí me tocó la parte de grabación y edición.
Evidentemente, las palabras de Antonia en este reportaje de más de 50 minutos están cargadas de un profundo dolor, pero personalmente entendí el sufrimiento de esta mujer cuando relató que en una de sus visitas a la comisaría, uno de los policías le comentó que estaba siendo un poco pesada con el caso de su hijo. Su respuesta me trasplantó directamente a su piel: "Ojalá a su hijo no le hagan nunca ni la mitad de lo que le hicieron al mío".
Durante años, Wayne había seguido el caso muy de cerca, pero en la primavera de 2013 logró sentar en una misma mesa y sacar en un mismo plano a Antonia Castro, madre del fallecido, y a Domingo Gómez, uno de los acusados del asesinato. Ambos recordaron lo sucedido, desvelaron datos ocultos e incluso aportaron nuevas declaraciones sobre un caso que continúa sin resolución.
En esta ocasión, Wayne llevó el peso de la redacción y a mí me tocó la parte de grabación y edición.
Evidentemente, las palabras de Antonia en este reportaje de más de 50 minutos están cargadas de un profundo dolor, pero personalmente entendí el sufrimiento de esta mujer cuando relató que en una de sus visitas a la comisaría, uno de los policías le comentó que estaba siendo un poco pesada con el caso de su hijo. Su respuesta me trasplantó directamente a su piel: "Ojalá a su hijo no le hagan nunca ni la mitad de lo que le hicieron al mío".
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