Siempre he valorado mucho la función de un creativo dentro del organigrama de un proyecto publicitario. Es más, entiendo que resulta una pieza clave en el engranaje de una campaña de éxito.
Y, puede, que ese respeto, ese temor haya impedido que me metiera de lleno en el mundo de la publicidad.
Quizás fueran estos los motivos que me condicionaron a la hora de echar una mano a la empresa de mi familia. Me explico.
Desde Tintelimp se me pidió ayuda para actualizar un poco su imagen. Por lo que los primeros pasos fueron crear una web (sencilla, pero práctica y útil) y crear una identidad en redes sociales. Para la web le dimos una idea muy concreta a los amigos de Creativanet, que ejecutaron sin problemas y a un gran precio (sin duda, os los recomiendo). Por estas fechas ya me había hecho con una Canon EOS 600D que me permitió hacer algunas de las fotos que requeríamos para este primer paso.
Para lo segundo, el tema de las redes sociales, creamos perfiles en Facebook, Twitter, Youtube y Vimeo. Los dos primeros nos servían para difundir la imagen, los servicios, los datos o las ofertas de la empresa; los dos segundos, los utilizamos como plataforma para alojar el vídeo que queríamos insertar en la nueva web.
¿Y cómo afrontar este reto? Pues es aquí cuando volvemos al principio, a mis temores hacia la creatividad en la publicidad. Pero en ese momento encontré un buen arma con el que defenderme. No fue otro que mis conocimientos y mi experiencia periodística, ya que decidí llevarme el 'problema' a mi terreno. En lugar de realizar un spot, aposté por un pequeño reportaje basado en tres entrevistas a los tres pilares fundamentales de la empresa.
Y al igual que en mis colaboraciones con El Alcázar de Jerez, yo me lo guisé y comí todo. Es decir, con la cámara a cuestas, me fui a los locales a grabar planos; preparé las entrevistas que, luego, yo mismo grababa y realizaba; y por último monté y edité el vídeo antes de alojarlo en las redes sociales. Este fue el resultado:
Tintelimp from Tintelimp Jerez on Vimeo.
Y, puede, que ese respeto, ese temor haya impedido que me metiera de lleno en el mundo de la publicidad.
Quizás fueran estos los motivos que me condicionaron a la hora de echar una mano a la empresa de mi familia. Me explico.
Desde Tintelimp se me pidió ayuda para actualizar un poco su imagen. Por lo que los primeros pasos fueron crear una web (sencilla, pero práctica y útil) y crear una identidad en redes sociales. Para la web le dimos una idea muy concreta a los amigos de Creativanet, que ejecutaron sin problemas y a un gran precio (sin duda, os los recomiendo). Por estas fechas ya me había hecho con una Canon EOS 600D que me permitió hacer algunas de las fotos que requeríamos para este primer paso.
Para lo segundo, el tema de las redes sociales, creamos perfiles en Facebook, Twitter, Youtube y Vimeo. Los dos primeros nos servían para difundir la imagen, los servicios, los datos o las ofertas de la empresa; los dos segundos, los utilizamos como plataforma para alojar el vídeo que queríamos insertar en la nueva web.
¿Y cómo afrontar este reto? Pues es aquí cuando volvemos al principio, a mis temores hacia la creatividad en la publicidad. Pero en ese momento encontré un buen arma con el que defenderme. No fue otro que mis conocimientos y mi experiencia periodística, ya que decidí llevarme el 'problema' a mi terreno. En lugar de realizar un spot, aposté por un pequeño reportaje basado en tres entrevistas a los tres pilares fundamentales de la empresa.
Y al igual que en mis colaboraciones con El Alcázar de Jerez, yo me lo guisé y comí todo. Es decir, con la cámara a cuestas, me fui a los locales a grabar planos; preparé las entrevistas que, luego, yo mismo grababa y realizaba; y por último monté y edité el vídeo antes de alojarlo en las redes sociales. Este fue el resultado:
Tintelimp from Tintelimp Jerez on Vimeo.
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